24 días de la elección presidencial y parcial del parlamento, parece decidido que este régimen político de Boric, llegará su fin. Y con esto la dantesca imagen del estallido delictual del 18-O. Y, que, gracias a una reflexiva meditación del pueblo chileno, manifestada en el rechazo a los dos intentos de cambio de la Constitución, no pudo consumar su programa, de destruir todo lo conseguido en los años más virtuosos de nuestra historia por un nefasto capricho de querer cambiarlo por una experiencia absolutamente fracasada en el mundo entero, y cuyos dramáticos resultados en nuestra América, se pueden ver en Cuba, Nicaragua, y Venezuela. Posiblemente la libertad y la evidente información a través de la internet y los medios soberanos de comunicación, permitieron al pueblo chileno, conocer las dolorosas realidades de los países citados.

También influyó en el proceso de esta madura cavilación, los resultados obtenidos con las reformas de la economía, que se implantaron en los años 70 y 80 del siglo pasado. Lo que produjo, un crecimiento y desarrollo en todo orden de cosas, que fructificaron, dando bienestar a la generalidad de los chilenos. Esto los habitantes de este suelo, no quisieron perderlo, puesto que sintieron este efectivo avance, como un legítimo progreso, producto de su sostenido esfuerzo.

Ahora la candidata que representa la continuidad del actual gobierno, no tiene ninguna probabilidad de ser elegida en segunda vuelta. La disputa entonces está entre los representantes de derecha. La diferencia que caracteriza a estos contendores, a los cuales dan mayor opción las encuestas, está en el grado de énfasis, que ofrecen para resolver los urgentes problemas, que creo la administración saliente, en su tenaz pero fracasado empeño, de destruir el benéfico modelo que dio el mayor crecimiento y progreso a Chile.

Hay sin duda el tremendo desafío para el próximo gobierno -de signo opuesto al saliente– que tendrá, una oposición muy confrontacional, que tratará como ya lo ha manifestado un candidato comunista, hacer todo tipo de acciones para impedir que se puedan efectuar las medidas de corrección, que permitan enderezar una situación muy afectada por todo orden de cosas, -incluyendo un alto grado de corrupción, sello de este saliente gobierno- que nunca había sido conocido en Chile.

El postulante a la primera magistratura, que muestre la mayor resolución para enfrentar a esta despiadada oposición que se prepara, será el que sin duda tiene la mejor opción, de resolver con mayor rapidez los acuciantes problemas. Todo lo anterior se ve más complicado por el tremendo déficit presupuestario en que el gobierno de Boric y su equipo de incompetentes e irresponsables, deja el mandato. El país casi sin crecimiento, con una deuda externa descomunal, el aparato del Estado con una cantidad de burocracia imposible de mantener. Cesantía casi de dos dígitos, las listas de espera en los hospitales superan todo lo imaginable. El lumpen y la delincuencia organizada, trafican por el país sin control. En importantes sectores de la macrozona sur, no existe estado de derecho y los guerrilleros terroristas, artillados con armas de guerra, asolan, queman y depredan a su amaño.

El presidente de la república tiene las herramientas legales para imponer la ley, pero para ello, debe tener la resolución y energía necesaria, para ordenar a las fuerzas armadas y de orden, aplicarla.