Estimados lectores de esta casi semanal columna. Cuando un organismo enferma, sus defensas disminuyen peligrosamente. Es lo que está pasando en Chile, el país sufre una serie de dolencias producto de una seguidilla de errores políticos sociales y económicos, que afectan el necesario acontecer de nuestro país. Es de esta crisis - un ejemplo - la eléctrica, la crisis económica, la crisis laboral, la crisis educacional, la crisis sanitaria, la crisis delincuencial, la crisis política y de corrupción que muestran los poderes del Estado.

Pero, además, la crisis en sanidad vegetal, que se encamina a provocar una verdadera catástrofe económica y a destruir gran parte de lo que, con gran esfuerzo y tesonero cuidado, viene haciendo esta larga y angosta faja de tierra. Construyendo, desde hace más de 70 años un muro imperceptible, pero indispensable, para llegar a ostentar el título reconocido de “Potencia Alimentaria”. Se trata del control de plagas y enfermedades que se debe realizar y se estuvo haciendo, cuidadosamente durante los años mencionados. Uno de los más importantes logros ha sido el control de plagas cuarentenarias, como la mosca de fruta, el nemátodo dorado en vegetales y la aftosa, en animales. Esto se logró producto, a un estricto control de nuestras fronteras, que ha realizado el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), pero que hoy trágicamente, esta inmigración descontrolada, - que ha permitido este gobierno - se ha desbandado y ha hecho virtualmente imposible, controlar los pasos no habilitados por los cuales se importa desordenadamente y clandestinamente, todo tipo de vegetales, desde países limítrofes, que tienen estas plagas como endémicas. Bolivia, Perú, y Argentina. Es oportuno decir una vez más, que Chile es el único país latinoamericano, que está reconocido mundialmente como libre de mosca de la fruta, gracias a la larga campaña por estos años realizada.  Esta condición es fundamental para tener acceso sin trabas a casi todos los países del mundo con nuestros productos agropecuarios.  Los extranjeros que entran sin control, también traen frutas, y productos animales, que portan inevitablemente insectos como la mosca de la fruta (Ceratitis capitata) en su interior. Si esto no se revierte rápidamente, es perfectamente posible que se cierren los más importantes mercados externos a nuestros productos agrícolas, lo cual traería como consecuencia, una verdadera catástrofe en nuestra agricultura de exportación, y con ello un caos económico en los campos.

Ya, en sectores muy acotados aún, (norte chico) apareció el maléfico díptero, mosca de la fruta. Desencadenando un verdadero pánico en los agricultores, que tienen fruta comercializable, y que por razones fitosanitarias no pueden sacar de sus predios aun cuando ellos no tengan la mosca. Nuevamente están pagando justos por pecadores, cuando la mala política y caos gubernamental, no evita, lo que ya Chile venía evitando hace más de 70 años.

Nuestro valle del Puangue, tiene una importante superficie frutícola, que da trabajo a miles de personas, que arriesga caer en este hoyo negro, que es la fatídica mosca. 

Todo un trabajo enorme se destruye en poco tiempo.

Un gobierno que no sabe o no quiere hacer lo que beneficia su pueblo.