Por Luis Sagüés Garay

Otra experiencia enriquecedora. En Venezuela se ha producido lo que todos los que conocen la historia saben. En aquellos países en que el comunismo se ha hecho del poder, es imposible sacarlo mediante una elección popular administrada por ellos. No reconocerían jamás que la oposición a sus perversas designios, los moviera del gobierno. Es lo que ha pasado una vez más en Venezuela. Y no existe un país en el mundo, que muestre una realidad diferente. En Chile vivimos una experiencia parecida en los años 70 del pasado siglo. Cuando la Unidad Popular, integrada por partidos de ultraizquierda como comunistas, miristas y socialistas del momento, quiso entronizade en el poder e imponer una dictadura del proletariado. Esto fue desbaratado por la solicitud de la inmensa mayoría del pueblo chileno, que imploró y convenció al parlamento, redactar un documento, aprobado ampliamente por la Cámara de Diputados, solicitando a las FFAA intervenir. Acta Rivera del 22 de agosto de 1973.

Por eso es que, con esta trágica experiencia ya tantas veces repetida. En Chile tenemos que elegir en las elecciones próximas del municipio, parlamentarias y presidenciales, aquellos candidatos que muestren una mayor oposición a los que actualmente están apoyando este gobierno. Todos ellos constituidos por fuerzas muy similares a las que conformaron la nefasta UP. Ya Chile ha demostrado en dos oportunidades al menos, que puede revertir los acontecimientos políticos a través de las urnas. Lo demuestran los dos rechazos a proyectos constitucionales que trataban de establecer en nuestro país, sistemas como el que impera hoy en Venezuela, Cuba, Norcorea, y China comunista.

Aún tenemos la inmensa posibilidad de evitar otra catástrofe como la que viven los pases anteriormente mencionados. Si esto se consigue, es esperable que Chile vuelva a transitar por la senda del progreso y desarrollo, que ha perdido con esta nefasta experiencia actual. Y recupere, el alto grado de reconocimiento internacional, alcanzado en los treinta años desde el 1973 adelante. Fuimos una potencia alimentaria y pasamos del primer lugar de américa, en todos los índices de confort. A estar hoy, al nivel de Haití. Último lugar de este continente.

Aún tenemos la posibilidad de zafarnos de este designio nefasto del comunismo, a que quiere llevarnos este gobierno igual al de Venezuela.