Por Juan Pablo Morales Farfán
Curacaví fue visitado en 1874 por la comitiva del Intendente de la Provincia de Santiago, don Benjamín Vicuña Mackenna, acompañado por el Secretario del Organismo Estatal, don Osvaldo Rodríguez entre otros. Fue ese año precisamente, en que la comitiva presidida por el Intendente recorrió la provincia en toda su extensión, entre ellas diferentes Distritos del Departamento de Melipilla (acotar que los departamentos tenían a cargo sub delegaciones éstos a su vez, poseían distritos), división política administrativa de ese tiempo.
En todo caso, don Benjamín no tenía mucha fe en el trabajo y progreso de Curacaví y los curacavinanos de aquel entonces, transcribo textual del texto: “La visita a la provincia, la Aldea de Curacaví, que en su tiempo fue el foco del movimiento y la posta general obligada de todos los que viajaban desde Santiago a Valparaíso, es en el día un caserío enteramente apagado y que no volverá por segunda vez a levantar”. En alusión a que todo el traslado de pasajeros y mercaderías se realizaba desde 1863, en el tren que unía la Capital y el Puerto, disminuyendo considerablemente, el paso por Cuesta Zapata, Curacaví y Cuesta Lo Prado.
El cultivo de la vid y la elaboración de chicha de Curacaví a esa fecha ya se encontraba consolidada. El cultivo se realizaba tanto en las haciendas como en pequeñas propiedades “chicha de Curacaví, tan afamada el Alhué y Carén”. Nuestra celebración de la Fiesta Tradicional de la Chicha, es más que centenaria, definitivamente es una actividad patrimonial. Eso implica su forma de elaboración y tipo de uvas, los utensilios usados, la forma de guarda. Por lo tanto, los chicheros a través del transcurso de los años, son constructores de nuestra memoria, le dan vida a una actividad que se transmite de generación en generación.
La población estimada, según el texto, es de “500 almas”. Al parecer se refiere al distrito de la población, lo que hoy conocemos como el centro de Curacaví. “La población que está situada a ambos bordes del camino que forma su única calle” y “nada tiene de particular sino la iglesia parroquial que levantó Fray Virginio Tabasso”.
En el ámbito educacional, existían dos escuelas públicas, la de varones funcionaba en la casa de don Ramón Armarza y la de mujeres, que funcionó en la histórica Posada Antonio Díaz. La comitiva designó una comisión de honorables vecinos para reunir fundos para edificar una Escuela Mixta, siendo designados : don Mauricio Riesco, sub delegado y propietario de la Hacienda Curacaví; don Francisco Leiganani, Cura Párroco; José Antonio Guarachi, considerado Patriarca del Pueblo y Pedro Ormazábal (la familia Ormazábal era propietaria del terreno donde antiguamente estaba la propiedad de la familia Basso Pasadores).