Por Luis Sagüés Garay
Y no es -en este caso chileno- una celebración que tenga un significado originado en un episodio único. Se celebra, porque desde el comienzo de nuestro acontecer libre, esta noble institución ha sido el custodio y sostén, del desarrollo y progreso de Chile. Las primeras milicias independentistas, se formaron al alero de la hacienda Las Canteras de don Bernardo O´Higgins, en la llamada Isla de la Laja, hoy Región del Biobío, Ahí nuestro padre de la patria organizó, con sus propios recursos, un contingente militar con muy deficiente entrenamiento, pero influido del espíritu patriótico de su conductor. Mil ochocientos caballos aportaron la Hacienda y una enorme cantidad de reclutas de ella y lugareños, que quisieron embarcarse en esta arriesgada aventura de la independencia.
Siguieron a esto, varios episodios de éxitos y fracasos de este bisoño ejército chileno, que culminaron con el desastre de Rancagua y la inmigración de los derrotados al mando de O’Higgins a Mendoza. Allí amparados por el director Supremo de la Argentina Juan Martín de Pueyrredón y la organización magistral del General San Martín, se formó y preparó el imponente Ejercito de Los Andes, cuya finalidad era la independencia de Chile y del Perú. Tres años y aproximadamente 4 meses, duró el entrenamiento. Lo compusieron importante oficialidad argentina, y mayoritarias plazas de chilenos. Todos ellos, llegados después del desastre de Rancagua y también, con posterioridad, huyendo de la persecución que hizo Marcó del Pont y su impopular Capitán San Bruno.
El primer y gran triunfo de esta hueste, se produjo en Chacabuco el 12 de octubre de 1817, cuando el coronel O’Higgins derrota a las fuerzas realistas, a las puertas de la Ciudad de Santiago.
Don Bernardo, como una de sus primeras medidas de gobierno, decreta la formación de la Escuela Militar de Chile, el 16 de marzo de 1817. Treinta y cuatro días después de esta gloriosa batalla. “En esta academia Militar está basado el porvenir del Ejercito y sobre este Ejercito, la grandeza de Chile.” Bernardo O´Higgins R.
Consolidada la Independencia, en la batalla de Maipo, el 5 de abril de 1818, comienza una virtuosa serie de acontecimientos bélicos, en que nuestro ejército sufre derrotas y victorias, siempre coronadas con el inmarcesible ejemplo de una entrega total al servicio de la patria.
La campaña libertadora del Perú. La guerra contra la confederación Perú Boliviana, y la Guerra del Pacífico, adornan con una cantidad de hechos heroicos la historia de nuestro suelo. El combate naval de Iquique, el combate de Angamos, toma del morro de Arica, La batalla de la Concepción. Triunfos y derrotas, pero con un sello característico, muertos o vencedores, jamás rendidos.
Por eso la gallardía con que desfilan cada 19 de septiembre nuestros infantes de la patria, se anida, en lo más profundo del corazón del pueblo chileno, que hace ingentes esfuerzos para integrar sus filas.
Y aunque el servicio militar es un proceso obligatorio, cada año se copan las plazas con contingente voluntario. Sintiéndose orgullosos, de ser representantes actuales, de este Glorioso e histórico legado.