• "El 17,6% de la población adulta se encuentra en situación de discapacidad, lo que representa a 2.703.893 personas en edad de trabajar"

Las empresas chilenas están en la antesala de un cambio significativo. Con el fin del mes de enero a la vuelta de la esquina, aquellas que cuentan con más de 100 trabajadores deben cumplir con la cuota del 1% de contratación de personas con discapacidad, de acuerdo con las Leyes de Inclusión Laboral. Pero este reto no debería verse como una obligación más; en realidad, representa una valiosa oportunidad para promover una cultura empresarial diversa y competitiva.

María José Madariaga, directora de la Fundación Ronda, subraya la necesidad de que las empresas se comprometan de manera auténtica con la inclusión. "Cumplir con la normativa es más que un requisito; es una ocasión para reflexionar sobre nuestro papel en la construcción de una sociedad más equitativa. Incorporar personas con discapacidad no solo enriquece nuestra cultura laboral, sino que también impulsa la innovación y mejora nuestra competitividad. La diversidad es una ventaja que nos prepara para enfrentar los retos del mercado actual", afirma.

Un dato revelador de la Encuesta de Discapacidad y Dependencia (ENDIDE 2022) muestra que el 17,6% de la población adulta se encuentra en situación de discapacidad, lo que representa a 2.703.893 personas en edad de trabajar. Esta cifra destaca el potencial humano que las empresas pueden sumar a sus equipos, generando beneficios tanto para los trabajadores como para las organizaciones en su conjunto.

Para adoptar prácticas más inclusivas, las empresas deben considerar varios pasos importantes:

1. *Diagnóstico integral:* Analizar prácticas y la cultura organizacional para identificar barreras.
2. *Política inclusiva:* Implementar políticas que fomenten la no discriminación y la igualdad de oportunidades.
3. *Principios orientadores:* Adoptar valores como el respeto a la autonomía, la accesibilidad universal y la participación activa.
4. *Identificación de necesidades:* Ajustar las estrategias de inclusión a las particularidades de cada empresa.
5. *Plan de acción:* Crear un plan realista con presupuestos, metas y pasos concretos a seguir.
6. *Evaluación continua:* Realizar un seguimiento regular para garantizar la efectividad y sostenibilidad de las políticas implementadas.

Cabe destacar que las empresas deben informar anualmente sobre su cumplimiento con las leyes de inclusión laboral a la Dirección del Trabajo a través del portal Mi DT durante todo el mes de enero. Para facilitar este proceso, Fundación Ronda ofrece apoyo a las organizaciones en la implementación de programas inclusivos y el acompañamiento necesario para realizar la comunicación electrónica.

"Este es un momento crucial para avanzar. Al integrar la inclusión en nuestra visión estratégica, no solo cumplimos con la ley, sino que también generamos un impacto positivo que va más allá de las fronteras de nuestras organizaciones. Incluir es crecer, y en ese crecimiento, todos salimos ganando", concluyó Madariaga.