Por Luis Sagüés Garay
Un gran impacto político ideológico, significa para Chile y américa, el asumo del nuevo presidente Donald Trump en los EEUU. Muestra, una clara valoración de la libertad y un marcado acento de reconocimiento a la familia y respeto a las corrientes cristianas mayoritarias en ese país. Al igual que una postura conservadora, sobre la importancia de la vida, desde la concepción. Lo mismo parece ocurrir con la ideología de Género y el matrimonio homosexual. Anima su espíritu una marcada tendencia nacionalista, que hace gala con su interés por volver a posicionar a su país, entre los grandes del mundo. El derecho de propiedad, base del crecimiento libre empresarial, parece ser otro de sus pilares del desarrollo. El control de inmigración descontrolada y sin compromiso legal, también adorna su programa de gobierno. El exacerbado movimiento feminista que antepone la mujer al hombre, marginando a este de todo compromiso social, también parece ser una idea que el nuevo presidente no comparte en absoluto. Todo esto pone incertidumbre, en las ideas progres, tan difundidas en nuestros países gobernados por la hasta aquí, tan trágica experiencia de la izquierda. Un gobierno con una clara autoridad emanada en la fuerza del derecho, parece ser el sentido del nuevo mandatario norteamericano.
La elección misma, tuvo nuevos matices en relación a la del 2020, que dio como ganador a Joe Biden. En aquella oportunidad el candidato demócrata, superó al republicano por aproximadamente 14 millones de votos. Ahora la candidata demócrata, sacó 11 millones de votos menos que Trump. El republicano en estas dos elecciones, sacó aproximadamente 74 millones de votos, es decir la misma cantidad en los dos comicios. Es posible pensar que, si hubiese competido Biden, el resultado hubiese sido diferente.
¿Pero cómo se puede interpretar este resultado? Trump aseguró hasta el final, en la elección anterior, que habían hecho fraude en los escrutinios. Asunto que fue definitivamente desechado, por el Tribunal Supremo de Justicia Americano.
Lo extraño es que en aquella elección hasta las 2.30 de la madrugada, todos los cómputos daban como ganador al candidato republicano y curiosamente después de esta hora los resultados cambiaron drásticamente, dando como ganador definitivo a Joe Biden. En esta oportunidad se produjo algo similar, con la diferencia que, esta ventaja -a favor de Trump - hasta las 2,30 de la madrugada, se mantuvo hasta el final.
El país en los últimos años, manejado por el partido demócrata, ha ido sistemáticamente adoptando tendencias socialistas, globalistas. Lo que lo ha hecho perder su liderazgo económico productivo. Esto Donal Trump quiere corregirlo, con una política más proteccionista, aumentando sus aranceles de importación al país, respecto a los bienes o servicios que llegan de países con costos de producción más bajos que el norteamericano. Contradice estas medidas muy populares en el gran país del Norte, con el principio de libre competencia que recomienda una economía liberal. Pero es posible que cuando Estados Unidos se mejore de esta delicada situación económica actual, recupere la sana tendencia liberal de mercado. Que es lo que se presentará, como naturalmente necesario, cuando este país se recupere, de su alicaída economía.
Chile como socio comercial de USA, se ve aparentemente- por varios- amenazado por esta política proteccionista de Trump. Pero a mi juicio, los temores son afortunadamente infundados. El país del norte es uno de nuestros mayores compradores de fruta fresca, desde que estos rubros (uva de mesa, manzanas, arándanos, cerezas, duraznos y otros) tomaron el auge en la producción agrícola chilena, en los años 1980. La mayor fortaleza de nuestros productos agrícolas -además de su calidad – radica en que llegan al mercado norteamericano en el invierno estadounidense, (contestación) cuando los productores de ese país no tienen fruta que ofrecer a sus consumidores. Luego no representamos para ellos ninguna competencia. Lo que hace innecesario un alza, en los aranceles de importación.
Otro rubro de gran importancia exportadora chilena, es nuestro inigualable salmón fileteado, Estados unidos no produce salmones, de tal manera que no amenazamos a ningún productor norteamericano. Luego no tenemos otros rubros que compiten con los productores de ese inmenso país.
Si el nuevo mandatario con ideas probadas de crecimiento económico y substancial mejoramiento del nivel de vida de los norteamericanos, tiene éxito. Y este país mejora su ingreso per cápita, se transformará en un mercado de inmenso consumo, muy atractivo para todas las empresas nacionales y para los países que quieran abastecer su creciente demanda.de todo tipo de bienes y servicios. Chile si recupera la senda casi destruida por este último gobierno, estará en inmejorables condiciones para satisfacer ese desafío.
Creo que todos los objetivos pronósticos sobre el gobierno de Donald Trump, son esperanzadores para el mundo libre.