Por Luis Sagüés Garay
A pocos días de realizarse un nuevo comicio electoral, -en este último tiempo hemos tenido varios- es recomendable hacer una reflexión respecto a esto.
La base de un sistema democrático consiste en que, periódicamente se consulta a la ciudadanía sobre el desarrollo de la política que se aplica. Para saber si los ciudadanos aprueban o no las gestiones de los gobernantes. En este caso, esta elección es para elegir autoridades regionales, Gobernadores y Concejeros y comunales, Alcaldes y Concejales, Pero, además, permite conocer cuál es la tendencia que apoya o rechaza la gestión del gobierno nacional. Todo lo cual implica que, para ejercer plenamente la calidad de ciudadano, debe existir al menos dos premisas fundamentales: libertad e información plena. El primero de los dos requisitos nadie cuestiona, pero el segundo está muy manejado tendenciosamente y sin ningún reparo por nadie. Los candidatos malamente indican en su propaganda, a que partido pertenecen, o que coalición los apoya, y comúnmente, se definen como independiente. Cuando todos ellos, tienen un marcado acento político, ya sea de izquierda centro o derecha. Esto es fundamental para definir en estos momentos tan cruciales, quien aprueba o desaprueba la política del gobierno central. Desde hace bastante tiempo el país se ha ido definiendo por aquellos que apoyan la gestión de este gobierno, que pretende aplicar una política refundacional, muy parecida a otras experiencias ya conocidas en Chile y muy sabidas con rotundos fracasos de todo tipo, en el mundo entero. Esta opción ha sido rechazada en dos plebiscitos constitucionales por amplias mayorías. La primera oferta de Constitución, en que el mandatario actual apoyó decididamente, como un verdadero proyecto de gobierno, tuvo una desaprobación de un 63% y la segunda oferta, un rechazo de un 57%. Está claro, el mandato ciudadano no quiere en este país, ninguna experiencia parecida en América a Cuba, Venezuela o Nicaragua. Y manifiesta categóricamente que apoya decididamente la actual Constitución, cuyo fundamento radica en la carta magna, del Gobierno Militar, aprobada en dos consultas plebiscitarias en los años 1978 y 1988. Y con la inmensa experiencia, que esta ha producido los 30 años más virtuosos de la historia de Chile. en todos los parámetros medidos.
Para aclarar a los ciudadanos aun indecisos o desinformados. Hoy nos enfrentamos a apoyar claramente a los candidatos que impulsan las medidas de este gobierno, que nos conduce claramente a un sistema comunista. O a aquellos candidatos, que decididamente están por impedir que este proyecto destructor del modelo exitoso actual, sea impuesto en nuestro país.
Hay que investigar, cual es la orientación política de los candidatos, porque los que se presentan como independientes, no necesariamente aseguran estar contra el modelo estatista y refundacional de este gobierno. Que Tanto daño a hecho ya, a nuestro suelo.